La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 25% de los pacientes examinados por el médico de familia presentan síntomas de ansiedad y que a lo largo de la vida el 15% de la población desarrollará alguno de los trastornos relacionados con esta dolencia. La ansiedad es por tanto un trastorno de salud con el que la sociedad actual tiene que convivir, ahora bien ¿qué la desencadena?
Lo cierto es que la ansiedad es multifactorial y si el origen no es claro como cuando se deriva de alguna experiencia traumática como una accidente de tráfico, vivir un acto terrorista o incluso la muerte inesperada de un ser querido, puede deberse a un cúmulo de circunstancias. Hay personas que tienen cierta predisposición genética a padecer ansiedad y si además de encuentran en algún momento complicado de su vida que les ocasiona estrés, pues es probable que lleguen a padecer ansiedad.
La tendencia generalizada en estos casos es la de recurrir a ansiolíticos, sin embargo existen otras muchas opciones para abordar este trastorno emocional. La homeopatía es una de ellas. Esta terapéutica se emplea para aliviar la ansiedad y todos los síntomas asociados a la misma, que son muy diversos y que varían en cada persona.
Así, existen medicamentos homeopáticos que tratan trastornos físicos que pueden estar vinculados a la ansiedad como dolores musculares o de cabeza, problemas digestivos o trastornos del sueño. Y de igual modo la homeopatía aborda trastornos que están relacionados con los estados emocionales como la irratibilidad, los cambios bruscos de humor, la apatía, etc.
La homeopatía para la ansiedad tiene la ventaja de que no produce somnolencia ni afecta a la capacidad de concentración, por lo que se pueden tomar medicamentos homeopáticos y desarrollar una vida normal. Los medicamentos homeopáticos pueden dejar de tomarse en cualquier momento pues no generan dependencia y además son compatibles con otros medicamentos, por lo que se pueden combinar con más tratamientos.
La homeopatía es por todo ello una alternativa interesante frente a otros tratamientos empleados tradicionalmente para tratar la ansiedad, pero que a la larga pueden presentar efectos secundarios.
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